martes, 26 de noviembre de 2013

Perros potencialmente peligrosos

Buenos días a tod@s!

Hoy os presentamos un artículo sobre un tema que lleva unos años muy de actualidad, el de los perros potencialmente peligrosos, ¿cuáles lo son? ¿que requisitos debo cumplir para tener uno?, etc. Esperamos que os resulte interesante.


Entendemos por perros potencialmente peligrosos:

1º Los que pertenecen a las siguientes razas y sus cruces:

PIT BULL TERRIER, STAFFORDSHIRE BULL TERRIER, AMERICAN STAFFORDSHIRE TERRIER, ROTTWEILER, DOGO ARGENTINO, FILA BRASILEIRO, TOSA INU Y AKITA INU.

 


2º Todos los perros que NO pertenezcan a las razas anteriores pero sí cumplan todas o la mayoría de las siguientes características:

  • Fuerte musculatura, aspecto poderoso, robusto, configuración atlética, agilidad, vigor y resistencia.
  • Marcado carácter y gran valor.
  • Pelo corto.
  • Perímetro torácico comprendido entre 60 y 80 cm, altura a la cruz entre 50 y 70 cm y peso superior a 20 Kg.
  • Cabeza voluminosa, cuboide, robusta, con cráneo ancho y grande y mejillas musculosas y abombadas. Mandíbulas grandes y fuertes, boca robusta, ancha y profunda.
  • Cuello ancho, musculoso y corto.
  • Pecho macizo, ancho grande, profundo, costillas arqueadas y lomo musculado y corto.
  • Extremidades anteriores paralelas, rectas y robustas y extremidades posteriores muy musculosas, con patas relativamente largas formando un ángulo moderado.


3º Todos aquellos animales que hayan protagonizado ataques a animales o personas con anterioridad o que muestren un carácter marcadamente agresivo. Siendo certificada tal condición por un veterinario autorizado por la autoridad competente.

¿Qué condiciones o requisitos debemos reunir para poseer perros potencialmente peligrosos?


Se necesita obtener una LICENCIA ADMINISTRATIVA, otorgada por la autoridad municipal o estatal, en nuestro caso puede solicitarse en la correspondiente JUNTA DE DISTRITO a la que pertenezcamos. Y debemos cumplir los siguientes requisitos:

  • Ser mayor de edad. (presentando fotocopia del D.N.I.)
  • No presentar antecedentes penales con respecto a algunos supuestos como delitos contra la propiedad, la moral, la libertad sexual, homicidio...Para demostrarlo se debe ajuntar un certificado de penales que se obtiene en el Registro de Antecedentes Penales (calle Noviciado), y una declaración jurada de no haber sido sancionado por la presente Ley.
  • Disponer de capacidad física y psicológica para poseer uno de estos animales. La certificación la obtendremos en cualquier centro de reconocimientos médicos como por ejemplo los centros para la renovación del carné de conducir o permiso de armas.
  • Acreditación de haber suscrito un seguro de RESPONSABILIDAD CIVIL por daños a terceros por valor de 120.000 € (aprox. 20 millones de pesetas).
Una vez obtenidos todos estos permisos el Ayuntamiento nos concederá la LICENCIA PARA TENER PERROS POTENCIALMENTE PELIGROSOS. Esta licencia deberá renovarse cada 5 años. Deberemos inscribir los perros potencialmente peligrosos en un registro creado a tal efecto "El registro municipal de perros potencialmente peligrosos", que nos dará una certificación acreditativa de que está inscrito en el mismo. Para inscribirlo debe llevar microchip de identificación, y un certificado veterinario demostrando que está en perfecto estado de salud, debiendo anualmente renovar este certificado (puede hacerse en la consulta).


¿Qué medidas de seguridad debemos tener si poseemos perros potencialmente peligrosos?


1.- Deberemos llevar en lugares públicos la copia de la licencia administrativa y de la inscripción en el registro de perros potencialmente peligrosos.
2.- Será obligatorio el uso del bozal, en lugares públicos. Así como el uso de correa o cadena de menos de 2 metros no extensible y no pudiéndose llevar más de un perro de este tipo por persona.
3.- Los animales potencialmente peligrosos que se encuentren en parcelas, chalets, terrazas, patios o similares deberán estar atados a no ser que se posean las pertinentes medidas de seguridad en cuanto a altura, cerramiento y superficie para proteger a las personas, o animales que se acerquen.
4.- Los criadores de estos animales deberán en todo momento disponer de las condiciones necesarias de seguridad para mantener estos animales.
5.- La sustracción o perdida de un perro potencialmente peligrosos debe notificarse por parte del titular al responsable del registro municipal de perros potencialmente peligrosos en las 48 horas posteriores a que se tenga conocimiento de estos hechos.


Tras leer esto, lanzo una pregunta al aire o después explicaré por qué:

¿Un Yorkshire de 2 kilogramos que va siempre en brazos y mordió una vez a una vecina, es un perro potencialmente peligroso (a partir de ahora PPP)?



Y la respuesta, según lo leído anteriormente, es rotundamente sí.

Entonces, ¿por qué cuando aparecen episodios de agresiones en la televisión la tendencia sensacionalista nos lleva a criminalizar y prejuzgar perros de unas razas muy concretas, extendiendo el pánico y la desinformación?

La diferencia debe radicar en que cuando se hable de agresiones se diferencien perros individualmente agresivos y perros potencialmente peligrosos. Son PPP aquellos que por sus características morfológicas pudiesen infringir heridas graves en caso de ataque. Lo que no quiere decir que aquellos perros tengan tendencia agresiva.

No hay estudios significativos que corroboren la teoría de la raza agresiva, y si alguien los encontrara rogaría encarecidamente que lo comunicase. Encontramos diferencias individuales incluso dentro de animales de la misma línea genética. Y no se crean que estos estudios comenzaron a hacerse ayer.
En los años 50 Scott y Fuller ya saciaban su curiosidad científica en este ámbito. Han pasado 60 años y no hay resultados significativos en cuanto a la heredabilidad de la conducta agresiva.

Lo ideal, en mi humilde opinión, sería estudiar el caso, liberarnos de prejuicios y afinar hacia la causa principal de esa agresividad, que son muchas y variadas. Desde una causa orgánica (dolor, hidrocefalia, epilepsia, intoxicaciones...) a agresiones derivadas de problemas de comportamiento (dominancia, depredadora, maternal, falta de socialización) pueden generar una agresión, pero en la mayoría de los casos estas agresiones podrían haberse evitado con un manejo y una observación adecuada.

Por supuesto y desgraciadamente siempre hay accidentes. Pero desde aquí, me gustaría dejar claro que no podemos criminalizar a un animal, y mucho menos a todos aquellos perros que con su nobleza y su bondad nos acompañan día a día, que tanto nos sirven y que tantísimo nos aportan, solamente porque sean grandes, fuertes o con "pelo corto".

La calve: análisis de riesgo.

Especial atención si:
  • Muestran un lenguaje corporal agresivo en algún momento (mirada fija, demostraciones de fuerza, ligero agazapamiento, gruñidos o ladridos, enseñar los dientes)
  • Sin motivo aparente
  • Hacia personas vulnerables (niños y ancianos)
  • Hacia personas con miedo
  • Ataques imprevisibles, rápidos e impulsivos.
  • Perros de talla grande (por la potencialidad de daños, repito, no por que tengan necesariamente tendencia agresiva)
  • Perros con poco o nulo control por parte de sus dueños.
    Y en este rango entran TODOS los perros, de cualquier raza, morfotipo y condición.
      Así que si observa alguno de estos síntomas, por favor, consulte lo antes posible con un profesional, ya que puede prevenir episodios desagradables. Y recuerde que la agresividad sin motivo es una herramienta biológica absurda que no reporta nada a un animal. Así que busquemos la causa y vayamos a por ella, es nuestra responsabilidad.

      ¡Hasta el próximo artículo!

      martes, 12 de noviembre de 2013

      Leishmania - conociendo la enfermedad (parte 2)

      Anteriormente vimos cómo se producía y cómo se transmitía la enfermedad. Hoy vamos a ver otros aspectos interesantes para saber a qué nos enfrentamos cuando hablamos de Leishmaniosis Canina.

      ¿Cómo se yo que mi animal está infectado?.


      En la actualidad hay multitud de técnicas de laboratorio para detectar una infección, siendo las más habituales las de PRC y ELISA. Afortunadamente disponemos de test rápidos, que en pocos minutos pueden decirnos si el animal ha sufrido un ataque por parte del parásito. Estos test son muy económicos y solo requieren una muestra de sangre. Gracias a la investigación científica (como en todo) estos test cada vez son más fiables y rápidos, siendo de gran ayuda para profesionales, propietarios y por supuesto animales.

      ¿Y cuándo es la mejor época para realizar estos tests?.


      En octubre y en abril porque el tiempo de desarrollo de la enfermedad es variable en función del animal y de esta manera nos aseguramos de que la enfermedad no comience. Con el control a finales de verano evitaremos el desarrollo de la enfermedad si se ha contraído en el periodo estival (mayor actividad del mosquito vector). Si la infección se ha producido pero no se ha desarrollado la multiplicación del parásito, quedará “oculto” hasta más tarde, por ello otro test a los seis meses nos asegurará que la infección en caso de producirse es detectada de manera precoz.

      ¿Cómo puedo sospechar que mi perro está infectado?.


      La distribución de la enfermedad en los perros se produce en dos rangos de edad. El primero en perros menores de tres años y el segundo en perros mayores de ocho.

      Desgraciadamente es una enfermedad con múltiples síntomas. Estos síntomas pueden no darse simultáneamente, confundiéndose con otros procesos patológicos.



      Los más frecuentes son (**) :
      Cutáneos: en el 80% de los casos.
      Pelo fino y sin brillo.
      Alopecia con descamación (es decir, zonas sin pelo y caspa).
      Úlceras en la piel y zonas mucosas (boca, nariz, genitales).
      Ganglios inflamados: 70 - 80%.
      Síntomas generales: 40 – 60%.

      Otros síntomas, que aparecen entre el 1% y el 20% de las veces, pueden ser:
      Trastornos renales.
      Trastornos oculares: inflamaciones de párpados y mucosas, sequedad, inflamaciones en las cámaras internas del ojo, glaucoma, inflamación general del ojo e incluso ceguera.
      Aumento de tamaño del hígado.
      Aumento de tamaño del bazo.
      Cojeras.
      Dolor muscular.
      Diarrea.
      Sangrado por la nariz y otros orificios.
      Fiebre.
      Color amarillento de la piel y mucosas (ictericia).
      Síncopes (pérdidas de consciencia momentáneas).
      Tos.


      Algunos de estos daños son irreversibles por lo que debemos prestar especial atención al diagnóstico temprano. Los más graves son los producidos en ojos, hígado y riñón, pudiendo alterar su función normal de manera, como decíamos, irreversible.

      ¿Por qué provoca daños tan variados?


      Es un proceso un tanto curioso, ya que es el propio sistema inmunitario del animal el que al tratar de luchar contra este parásito provoca los daños en el cuerpo. Digamos que podrían asemejarse a los daños colaterales producidos en los conflictos bélicos. El sistema inmune produce unas moléculas que se unen a los invasores. Estas moléculas se encargan de decir a los soldados del sistema inmune “¡Eh, están aquí!”. Son una especie de alarmas, unos chivatos. A estos chivatos los llamamos anticuerpos. Cuando los chivatos encuentran al invasor y avisan a los soldados (células del sistema inmune) los soldados disparan sus armas, produciendo un efecto bombardeo que daña tanto al invasor como al propio cuerpo. Así existen diferentes zonas dañadas en el transcurso de la infección. Por un lado existe un daño en las áreas donde el parásito se multiplica (piel, hígado, intestino, ojos, riñón, hueso y mucosas) produciendo algunos de lo síntomas característicos. Y por otro lado encontramos que los invasores que “huyen” por el torrente sanguíneo unidos a los chivatos anticuerpos se acumulan en diferentes zonas; como pueden ser los mismos vasos sanguíneos por donde huyen, los riñones e incluso los ojos, provocando otros síntomas que nos pueden orientar también en el diagnóstico.

      ¿Tiene tratamiento la Leishmaniosis canina?.


      Se ha avanzado mucho en los tratamientos en los últimos años, empleándose dosis menores y con más efectividad. Pero siguen siendo tratamientos largos y no exentos de efectos secundarios.

      Si a esto le sumamos que es una enfermedad que provoca graves daños en órganos vitales, desde aquí apostamos por la prevención, como casi siempre, y por el diagnóstico precoz para evitar que el perro pierda calidad de vida debido a daños permanentes.


      ¿Cómo podemos prevenir la enfermedad?.


      Antiparasitarios externos: luchamos contra el mosquito vector.
      Control: Procuramos que la enfermedad no se desarrolle, aun existiendo la infección.
      Vacunas (en otro momento hablaremos de ellas ya que merecen un post aparte.).

      Claves:

      Proteger al perro contra mosquitos en las épocas de apogeo (abril-octubre).
      Limpiar restos de materia orgánica.
      Antimosquitos en el ambiente.
      Antiparasitarios sobre el perro.
      Test por lo menos una vez al año, sobre todo si vivimos en zonas de riesgo.
      Estar atentos a cualquier síntoma que pueda presentar nuestro amigo para ponernos sobre alerta y poder realizar un diagnóstico temprano.

      Y de momento eso es todo. Esperamos que os haya servido de ayuda para tener bien claro qué es la Leishmaniosis, por qué aparece, qué tiene que ver el mosquito, por qué es tan importante y cómo manejar la situación.
      Para cualquier duda visitad nuestra web y consultarnos lo que queráis, ¡¡para eso estamos!!.

      Fuentes principales:

      (*)J. Encinas Aragón, F.J. Fernández Gómez, M.D. Lasheras Carbajo. F.J. Barbas del Buey LEISHMANIOSIS CANINA Y HUMANA: UNA VISIÓN DE CONJUNTO .
      (**) Lluís Ferrer y Xavier Roura. SIGNOS CLÑINICOS DE LA LEISHMANIOSIS CANINA

      miércoles, 6 de noviembre de 2013

      Leishmania - conociendo la enfermedad.

      Buenos días a tod@s!

      Hoy vamos a hablaros de la Leishmaniosis canina, una enfermedad con la que el perro tiene que luchar de por vida si la contrae, así que os explicaremos en qué consiste y todas las claves para evitarla y, si no es posible evitarla, mantenerla a raya.

      Publicaremos en el blog en dos partes así que tened paciencia, no es que lo hayamos dejado incompleto.


      Antes de hablar de la enfermedad conocida como Leishmaniosis, y siempre refiriéndonos a la padecida por los perros, vamos a presentar al agente patógeno que la produce. Este agente es un parásito, más concretamente un protozoo llamado Leishmania Infantum. Es un parásito muy extendido por toda la cuenca Mediterránea, ya que el clima es óptimo para su desarrollo y el de sus hospedadores. Aclaramos, antes de seguir, para el que no lo sepa que hospedador es aquel ser vivo en cuyo interior algún parásito pueda completar alguna fase de su ciclo biológico. El parásito vive dentro del hospedador.

      Como decíamos, antes de la aclaración, está extendido por toda la cuenca Mediterránea. En España concretamente algunos estudios afirman que entre el 7 y el 35% de la población canina está infectada. Parece ser que la provincia con más casos es Málaga, llegando al 35% citado anteriormente. En la Comunidad de Madrid, la seroprevalencia canina de Leishmaniosis es de un 8% aproximadamente. (*)

      La lucha contra la Leishmania en nuestro país empezó allá por 1983… hace tiempo ya… tanto que algunos en esa época todavía nos desplazábamos a gatas. En este tiempo se ha avanzado mucho en el tratamiento y en la prevención y el control de la enfermedad.

      Alguno a estas alturas de la lectura se preguntará: ¿Y por qué si la enfermedad la causa un parásito protozoo me dicen siempre que tengo que proteger a mi perro contra el “mosquito de la leishmania”? Esto es debido a que el protozoo llega al cuerpo del perro a través de la picadura de un mosquito. Utiliza al mosquito como transporte de animal a animal, y además dentro del mosquito sufre ciertas transformaciones que aumentan su capacidad invasiva. Posteriormente hablaremos del ciclo de infección y lo presentaremos con un sencillo gráfico aclaratorio.

      Para tener claro contra quién nos enfrentamos en esta lucha preventiva vamos a conocer al enemigo.

      En primer lugar hablaremos del mosquito, el vector de transmisión. En España se han descrito 12 especies de mosquitos Phlebotumus, pero solo Phlebotomus Perniciosus y Phlebotomus Ariasi, son los transmisores de leishmaniosis en España. Se desarrollan en zonas con humedad, materia orgánica, temperaturas suaves y poca luz. Las zonas próximas a ríos y costeras son óptimas para ellos.

      Como casi todos los insectos habitan en zonas con acceso difícil para sus depredadores. En oquedades y acúmulos de madera o escombros, y próximos a animales de cuya sangre se alimentan. Así una concentración elevada de animales y de materia orgánica puede sustentar a una mayor comunidad de mosquitos.
      Los mosquitos, como todos sabemos, son estacionales. En verano hay una mayor cantidad incordiándonos con sus zumbidos y picotazos y en invierno pasan a mejor vida dejándonos en paz.
      Así de mayo a octubre tienen su apogeo (en zonas más cálidas de marzo a diciembre) y sobre todo por la noche.

      Algunos organismos públicos establecen protocolos de control de Leishmaniosis Canina en los perros callejeros en abril y noviembre. Para luchar contra los mosquitos tenemos algunas recomendaciones básicas y lógicas pero no por ello menos efectivas que otras:
      • Mosquiteras
      • Eliminar materia orgánica –basura y hojarasca-
      • Trampas eléctricas
      • Spay insecticida en la casa, las zonas de descanso del perro y zonas de riesgo (leñeras, composteras, etc.).

      En segundo lugar hablaremos del parásito, que es el verdadero enemigo. No vamos a entrar en tecnicismos, ya que no es mi intención aburriros y en la red y en los libros hay multitud de publicaciones que hablan de ello. Simplemente vamos a decir que estos parásitos una vez llegan a la piel a través de la picadura de un mosquito infectan células del sistema inmunitario y las utilizan para multiplicarse y diseminarse por el torrente circulatorio. La velocidad de su diseminación y multiplicación depende de muchos factores, como la temperatura y el pH, por lo que es difícil establecer un periodo de incubación determinado. Puede darse el caso de un perro infectado por el parásito pero que nunca llegue a desarrollar la enfermedad. Esto puede ser debido a una eficaz respuesta inmune por parte del perro o por un diagnóstico temprano y control de la enfermedad.

      Como resumen y presentándonos nuestro gráfico, diremos que el parásito en el cuerpo del perro sufre una serie de transformaciones. Un mosquito (hembra, que son los que pican) pica al perro y adquiere el parásito. En el mosquito el parásito se desarrolla y transforma hasta que este mosquito pica a otro perro y comienza el ciclo de nuevo. El ciclo es de duración variable y puede llevar de 4 a 20 días.


      Ahora ya conocemos a los enemigos. Os dejaremos meditando sobre ello y en la próxima entrada hablaremos de su diagnóstico y control.


      continuará...