jueves, 17 de octubre de 2013

Nuestras medicinas y las mascotas

Buenas tardes chicos y chicas garrapateros!

Hoy vamos a hablar de un tema muy común ¿podemos darles nuestras medicinas a nuestras mascotas? Vamos a verlo...

Todo empieza con un "El perro tiene fiebre… a ver a veeeeer, que tengo por aquí… una caja de aspirina… pues venga, ¡toma Bobby!"
Mal, mal, mal… cuidado con estos momentos en el frío invierno que se avecina.
Los medicamentos destinados al consumo humano están especialmente formulados para nosotros. Las dosis, las concentraciones, los estudios de toxicidad, todo, se calcula para nosotros.

El metabolismo de los animales, a pesar de tener bases fisiológicas comunes, no siempre es igual que el nuestro.
Ponemos tres ejemplos de antiinflamatorios y/o antipiréticos (que quitan la fiebre) que solemos tener en casa:
  • Aspirina
  • Paracetamol
  • Ibuprofeno

Estos fármacos aplicados en una dosis incorrecta pueden ser tóxicos (como la inmensa mayoría de las sustancias) incluso en los humanos. Las dosis terapéuticas para perros y gatos en estos fármacos pueden llegar a ser de 10 a 100 veces inferiores por lo que su cálculo exacto puede resultar muy difícil, por no decir imposible, si se carece de medidores precisos.
La ingestión de estos productos puede generar daños hepáticos graves y daños en otros órganos, como el riñón.
Es más, el paracetamol en gatos produce lo que se conoce como anemia hemolítica, un proceso que destruye algunos componentes de la sangre, requiriendo para su tratamiento hospitalización y vigilancia cuidadosa del animal intoxicado.

Por eso, no te la juegues, consulta al veterinario si tu animal está enfermo y estás preocupado. En el mercado existen numerosísimos fármacos destinados a nuestros amigos, y cada principio activo (que es el componente fundamental de un medicamento) está indicado para diferentes trastornos y especies animales.

Hasta la próxima entrada!